Hoy hemos despedido a un profesor ejemplar, un compañero que, hasta su jubilación el curso pasado, nos demostró que para llegar al alumnado solo hacen falta dos cosas: vocación y respeto.
Fernando Villalobos, profesor de Biología, no solo supo convertirse en un ejemplo para los que tuvimos la suerte de trabajar con él, sino también fue capaz de dejar una profunda huella en todos sus alumnos porque, pese a su aparente seriedad, la alegría, el entusiasmo y la pasión siempre estuvieron presentes en sus clases.
Nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos. ¡Hasta siempre, compañero!