Querido Antonio,
Este pasado viernes 20 de enero, ha sido tu último día de clase, pero no tu última lección. Desde que llegaste a este centro en el año 2003, has transmitido la pasión que sientes por la Filosofía no solo a tus alumnos y alumnas, sino también a tus compañeros y compañeras. Has compartido tu sabiduría con todos nosotros y eso es algo de lo que te estaremos eternamente agradecidos.
Empiezas una nueva etapa en la vida, ese viaje a Ítaca que recordabas en tu palabras de despedida. Por eso, "Pide que el camino sea largo. Que muchas sean las mañanas de verano en que llegues -¡con qué placer y alegría!- a puertos nunca vistos antes."
Todos los que hemos compartido estos años de docencia contigo, te deseamos lo mejor, que tal y como le decías a tu atento alumnado, no sabes lo que es, pero igualmente te lo deseamos de todo corazón.
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